domingo, 2 de dezembro de 2007

En Bolivia estamos viviendo prácticamente al filo de la navaja.


Vou apenas repercutir o editorial de periódico de La Paz, capital da Bolívia, sobre os últimos acontecimentos ocorridos no país. Afinal, no anterior texto eu disse que a Bolívia ia mal, o que foi pouco; pois. para eles as coisas na política interna estão péssimas. Leiam:


“No más intransigencia. La crisis que afecta al país tiende a agravarse por la intransigencia de los líderes políticos, los prefectos y el Gobierno, que no ceden en sus posiciones y no llegan a la conciliación de criterios para solucionar problemas. Estamos viviendo prácticamente al “filo de la navaja” porque en cualquier momento las divergencias pueden originar enfrentamientos cada vez más violentos entre los bandos del oficialismo y la oposición, con saldo de heridos y destrucción del ornato público y de la propiedad privada. Es un momento de mucho riesgo para el sistema democrático, situación que advertimos oportunamente, y ahora la Iglesia, organismos laborales, gremiales y el Defensor del Pueblo coinciden en pedir a los protagonistas de las confrontaciones que depongan su intolerancia que impide el normal desarrollo de las actividades ciudadanas. El Gobierno está pasando por la peor crisis desde su instalación el 22 de enero de 2006, ya que las agresiones entre sectores sociales se intensifican y es imprevisible cualquier reacción tanto de los oficialistas como de los contrarios, cuando proponen y ejecutan presión social, sin pensar en que la violencia genera más violencia. Por ello en Sucre ciudadanos salieron a las calles para impedir la aprobación en grande del texto constitucional, en dependencias de un Liceo Militar. La Policía salió al frente para dispersarlos, pero por su forma violenta de actuar hizo que se organizara una turba que respondió a los ataques con mayor fuerza, hasta tomar los recintos policiales para destruirlos, junto con documentos, muebles y parque automotor. En esos enfrentamientos murieron tres ciudadanos que participaban de las protestas. Tanto los prefectos contrarios al Ejecutivo como los personeros del Gobierno se enfrentan y agreden y después recién buscan conciliar posiciones. Esto ocurre cuando el Jefe de Estado invita a las primeras autoridades políticas departamentales a una reunión para buscar acuerdos sobre los problemas que afectan al país, por efecto de la reducción de los recursos económicos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos, que corresponden a las Prefecturas, y también analizar el rechazo a la aprobación en grande de la nueva Constitución Política del Estado. Los invitados anunciaron su rechazo a la invitación, por los hechos de violencia de los pasados días y porque no habría sinceridad en los gobernantes. La condición para que acepten participar en las reuniones es que el Presidente pida perdón por los luctuosos resultados de los enfrentamientos de Sucre. Por otra parte ha enervado a la población que es ajena a las confrontaciones sociales, la forma de actuar de la Policía Nacional que es blanda con los sectores sociales afines al partido de Gobierno y se ensaña contra, por ejemplo, pacíficos ciudadanos que se organizaron para protestar por el sacrificio de dos canes por parte de los llamados “ponchos rojos”. Tampoco la Policía cumplió con su responsabilidad en Sucre, al replegar a sus efectivos del Ministerio Público porque la Fiscal, encargada de llevar adelante la investigación de los sucesos de esa ciudad, no es de su conveniencia. Estos excesos irritan a los ciudadanos, porque parecería que la institución del orden se alínea al lado de quienes administran el país. La crisis que afecta a Bolivia al parecer no preocupa a la clase política, porque continúa con su accionar secante, sin tomar en cuenta el daño que causan al país con su intemperancia que impide la solución de problemas. Tanto oficialistas como opositores son responsables de los actuales conflictos sociales que se van agravando, por falta de renunciamiento y compromiso para con la Patria. No debemos seguir con incertidumbre sobre lo que puede pasar por la intemperancia de los protagonistas políticos que recurren a la violencia para imponer sus consignas, dejando de lado los intereses de la República”.

Fonte:
El Diario, La Paz., de 02 de dezembro de 2007.
http://www.eldiario.net/
Acesso em: 02/12/2007.

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