sexta-feira, 13 de dezembro de 2013

Paros, bloqueos y otros extremos sojuzgan al país.


Faz tempo que não vinha aqui, mas retornei e deixo esta matéria sobre o atual estado político e social da Bolívia, que continua bem parecido com o que era, desde que Evo Morales lá chegou como presidente. Confiram:

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Reclamar al Gobierno o a quien sea por lo que fuere, se ha convertido en norma de comportamiento de muchas organizaciones en los últimos ocho años. No hay consideración por el país al que se le exige todo y del cual se espera todo, aunque sea imposible en muchos casos. La huelga, la manifestación, la protesta, la marcha, el boicot y las exigencias son medidas que se adopta y, además, se lo hace con la amenaza de llegar hasta las “últimas consecuencias” (sin saberse cómo serán éstas y qué conseguirán).

A toda la cadena de hechos se añade, muchas veces, el bloqueo de calles, avenidas, caminos, carreteras y toda forma que implica anular las libertades y los derechos de la población. Quienes bloquean no se dan cuenta del inmenso daño que irrogan al país y, muchas veces, por “castigar” a las autoridades, lo único que hacen es castigar al pueblo del que los bloqueadores son parte. Las consecuencias son funestas contra el conjunto de todos los bolivianos porque los perjuicios son infinitos.

La ciudad de La Paz se ha convertido en una especie de “marchódromo”, donde las manifestaciones se producen a diario y nadie puede trabajar con un mínimo de tranquilidad. Parecería que en los marchistas o huelguistas hubiese la consigna de destruir al país, paralizar su vida, obstruir las labores y evitar cualquier producción. Quienes incitan a los extremos seguramente cumplen consignas en contra del bien común y no hay ley ni autoridad que los frene en sus despropósitos.

Mientras los demás países del continente, aunque soportando también algunos problemas, trabajan y producen, crean condiciones de tranquilidad y paz para la inversión nacional y extranjera, cuentan con un régimen jurídico que garantiza la creación de fuentes de riqueza que crearán empleo y diversificarán sus economías, especialmente porque gozan de estabilidad política, están muy lejos de confrontaciones extremas, tampoco buscan sojuzgar a alguien o algunos.

Hay reclamos que se basan en pedidos de organizaciones y que, en su momento, podrían haber sido remediados por las autoridades que, cuando empiezan los conflictos, mediante el diálogo podían resolverlos; pero siempre existe la postura cómoda e irresponsable de creer que “todo lo solucionará el tiempo” y éste lo que hace es complicar más el problema e incitar a extremos que nadie quiere. Son muchos los conflictos que se podría remediar oportunamente, pero ocurre que se los deja “madurar” y sólo cuando se agravan los hechos las autoridades buscan dialogar y poner remedios que, muchas veces, ya no es posible conseguirlos. Previsión y diálogo con el debido tiempo son normas que deberían cumplir las autoridades para evitar lo que toda la colectividad lamenta.


fonte: http://www.prensaescrita.com/adiario.php?codigo=AME&pagina=http://www.eldiario.net

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A Bolívia é governada por ex-arruaceiros, que pouco ou nada sabem administrar, e que admiram as arruaças e as desordens, que eles muito praticaram no passado. Por isto, aceitam como naturais estas manifestações, nas quais veem uma prática democrática, desconhecendo que a democracia exige ordem e respeito.Lamentável!!!