segunda-feira, 23 de março de 2009

Tempos difíceis para a Bolívia em suas relações econômicas com o Brasil.


Inicialmente vou repercutir o editorial de jornal da mídia boliviana, para depois comentar a citada questão. Leiam:
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"Los anuncios de Lula"


"Brasil ha decidido apostar por su propio gas natural que halló en yacimientos. Está enviando el mensaje más temido por quienes piensan en serio en la economía boliviana. Ese mensaje dice que se ha acabado para Bolivia la efímera fiesta de los ingresos por el gas natural.
El tono alegre que usa el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para referirse al gas natural que su país compra de Bolivia no toma en cuenta, ciertamente, el grado de dependencia de la economía boliviana respecto de esos ingresos.
En el curso de pocos días, el Mandatario brasileño dijo que esperaba con ansiedad el momento en que pueda llamar a su “hermano” Evo Morales y decirle que Brasil no necesita más del gas natural boliviano, que era considerado imprescindible para su centro industrial, Sao Paulo.
Luego se puso un poco más serio y dijo que iba a reducir la dependencia de su país respecto del gas boliviano, porque no quiere que ese suministro dependa “del mal humor de nadie”. El destinatario de la alusión no era más que uno: Bolivia es el único país que vende gas natural a Brasil.
Las palabras del gobernante acompañan a acciones que toma su gobierno en materia de compra de gas natural boliviano. Hace tres meses, Brasil compraba 30 millones de metros cúbicos diarios de gas natural y ahora sólo pide 20 millones. Es decir que la dependencia brasileña respecto del gas boliviano ha caído en los últimos meses en 33%.
Las alusiones del Presidente brasileño fueron hechas en ocasiones que tenían relación con el gas. Aquello de que estaba esperando la hora para llamar a su “hermano” boliviano lo dijo cuando estaba inaugurando la tercera planta de regasificación con que cuenta Brasil, en la bahía de Guanabara. Y la segunda alusión fue hecha como réplica a las reacciones bolivianas ante la primera afirmación.
El Gobierno boliviano, en efecto, ha tomado con mucha preocupación los anuncios del Mandatario brasileño. El presidente de YPFB, Carlos Villegas, dijo que se apresta a viajar a Brasil para reclamar por el hecho de que los actuales volúmenes de compra están por debajo del nivel estipulado como mínimo en el contrato. Ese mínimo, según Villegas, es de 24 millones. Algunos medios de comunicación brasileños han dicho que el mínimo mencionado por el contrato es de 20 millones, es decir el volumen que se envía en estos momentos.
Las intenciones brasileñas de reducir las compras de gas boliviano tienen que ver también con los precios. En este momento el precio vigente sigue reflejando los precios altos del petróleo que se dieron hasta fines del año pasado. A partir del 9 de abril se hará el ajuste y se calcula que el precio caiga a la mitad: de ocho dólares a cuatro dólares el millón de BTU.
Brasil ha decidido apostar por su propio gas natural que tiene en yacimientos descubiertos precisamente como consecuencia de la inseguridad del suministro boliviano. Pero también ha decidido apostar por el gas natural licuado (GNL), justamente cuando esa forma de gas, convertida en un commodity que puede venderse en cualquier parte, tiene un precio muy bajo. Los precios del gas natural en Estados Unidos, en las proyecciones a 12 meses, son tan bajos que sólo se los puede comparar con los que se daban en noviembre del 2002.
Con esas acciones Brasil está enviando el mensaje más temido por quienes piensan en serio en la economía boliviana. Ese mensaje dice que se ha acabado para el país la efímera fiesta de los ingresos por la venta del gas natural".

Fonte:
La Razón – La Paz - Lunes , Marzo 23 de 2009
http://www.prensaescrita.com/diarios.php?codigo=BOL&pagina=http://www.la-razon.com
Acesso em: 23/03/2009.

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A vida me ensinou que um dia é da caça e outro do caçador. Um dito popular de grande sabedoria, que se aplica com justeza a presente situação. Em 2006 o Brasil estava amarrado àquele contrato com a Bolívia. Disso se aproveitou Evo Morales para posar de caçador, fazendo do Brasil a sua presa. Ao seu lado estava Hugo Chávez, que ali aparecia como o campeão das causas indígenas sul-americanas.
Hoje, Chávez, passado o “boom” petrolífero se aquietou. Moralez não conseguiu dobrar as empresas multinacionais, que operam na Bolívia, e fracassou em sua tentativa de transformar a YPFB numa empresa operacional na área de extração de GN. Sem capital, sem técnicos, sem estrutura, esta passou a mediocre administradora de outras menores arrancadas de seus donos, ora sufocadas e sem possibilidade de progredirem e crescerem.
Agora mais este golpe – seu principal cliente e maior fornecedor de recursos tributários, declara que não precisa mais daquele energético. É claro que o Brasil continuará comprando, mas o fará menos, e, pagando bem menos. Com isto o tesouro boliviano ficará descapitalizado e a posição política interna de Moralez e seus partidários do MAS se enfraquecerá.
E agora, Moralez? Não adiantará apelar para Chaves, pois este anda com a caixa baixa e tem seus próprios problemas para resolver. Sendo contrário à Igreja Católica, só lhe restará apelar para as mandingas dos feiticeiros tribais. Pois, nada entende de economia, nem de diplomacia, nem de direito e muito menos de gestão pública. Chegando no momento a sua vez de ser a caça!

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